Ya llevamos juntos veinte Navidades, y han ido pasando como en un suspiro. Yo no soy un ángel, eso tú lo sabes. Pero tal vez sea quien más te ha querido.
El tiempo que pasa, cambiándolo todo, es inexorable y va dejando huella. Tus hijos volaron y ya tienes nietos. Mis padres, ya ancianos, agotan la cuenta.
Y el hijo que tanto nos ilusionó, ya casi es un hombre que, en otro suspiro, cambiará los juegos por un nuevo amor.
Pero ten seguro, mi querido esposo, que aquella chiquilla que te quiso un día, que te dió su alma y su juventud,
la tendrás por siempre a la vera tuya. Porque sabes bien que soy tu otro yo. Y el amor que siento tiene tanta fuerza que sólo se irá con mi último adiós.
Victoria.
Dedicada a Antonio, mi amado esposo, en la Navidad de 2005.
¿Por qué al mirar tus ojos me deslumbra
el suave titilar de tu pupila?
¿Será que tienes alma de sibila
y sabes que navego en la penumbra?
Tus ojos son la luz que alegre alumbra
la triste oscuridad que me obnubila,
cansada de buscar, mustia, intranquila,
la luz de amor que en ti solo vislumbra.
Y cuando me asaetas con el rayo
de tu mirada plena de alegría,
mi corazón se para, lloro y callo
hundido en la tristeza y agonía,
pues siento que me invade el cruel desmayo
de ver que amas a otro y no eres mía.
Me moriré en un rincón
del ajimez de mi casa,
recordando con tristeza
el almíbar de tu cara,
con aromas almizcleños
cual jarifa acicalada,
más bella que una azucena
rodeada de albahacas.
Me moriré lentamente
añorando tus miradas,
las que en tiempos ya pasados
me esclavizaron el alma,
cuando lanzaban destellos
de tu carita alhajada
por los más bellos caireles
de corales y alboradas.
Me moriré con la pena
de recordar la almohada
donde de noche, a mi lado,
tu cabello se enredaba
negro como el azabache,
mientras tranquila soñabas,
descansando entre mis brazos,
con estrellas nacaradas.
Y cuando ya me haya ido
allí donde van las almas,
te aguardaré hasta que llegues
en la mismita antesala,
pues para mí no habrá cielo,
jardín, edén ni nirvana,
mientras tú no estés conmigo
eternamente abrazada.