Sufre, alma, sufre inerme la tortura
de arrastarte por el piélago azaroso
mientras subes tu camino pedregoso,
por hediondo cenagal, en noche oscura,
No tropieces en la oculta cortadura
de la trampa que coloca el mal doloso,
soslayando al rufián y al alevoso,
y elevando tu mirada hacia la altura.
¡Sufre y calla cuando ataque la ignorancia!
¡No repliques la insolencia del airado!
¡La incultura, por sí sóla, es muy osada!
¡Cruza incólume la huera altisonancia,
sin parar ante el insulto del malvado!
¡Sigue y calla, cual si no pasase nada…!
© Antonio Pardal Rivas
Noviembre, 2005
Comentarios en: "Sigue… Soneto dodecasílabo." (4)
Me gusta porque tiene paisaje y deja muy buenos mensajes. Lo recomiendo a mis amigos.
Simpática respuesta.
Saludos
ME ENCANTAN LOS TRABAJOS PRESENTADOS.-
Y LA ARMONIOSA DELICADEZA, DE LOS ORNAMENTOS QUE LO DECORAN.-
Sí. Un árbol seco, visto de noche, es un ornamento que decora este soneto con armoniosa delicadeza.
No me había dado yo cuenta.
Saludos