CLEMENCIA
Y llegará algún día que ya no puedas más,
cayendo destrozado como un simple cristal.
Y llegará el momento en que estalle tu pecho,
y tu alma será solo otro vulgar desecho.
Y llegará la hora que explotes de dolor,
gritando, desgarrado, que te falta el amor.
Y llegará el segundo, fugaz, como la luz,
en que, triste, desistas de soportar tu cruz.
Y cuando tu alma se halle bordeando la locura
y hayan borrado de ella su proverbial ternura…
entonces, solo entonces, descubrirás mi Amor,
con tu ser hecho añicos, como un roto crisol…
© Antonio Pardal Rivas.
Octubre 2005